Un hombre de cierta edad, Fernando Tobajas, decidió hace 11 años vivir en el cuarto de baño, que modificó para que parezca un pequeño apartamento, y no salir nunca de él. Es un hombre que ha renunciado a todo, excepto a su vanidad, y sus contactos con el mundo se reducen a las visitas de los amigos y a los mensajes que envía, encerrados en tubos de aspirinas, por el retrete, con la esperanza de que alguien lo reciba y sepa así de su existencia. Arabel Lee, una chica preciosa, encuentra uno de estos mensajes.