Margaret Reddle, empleada en el despacho del abogado Shaddle, es contratada como secretaria de la extraña condesa Eleonora Moron que reside en el castillo de Cornerfleet. La joven piensa que, con el nuevo empleo, quizá acaben las siniestras amenazas telefónicas que recibe desde hace un tiempo. El último trabajo que le encarga Shaddle consiste en hacer firmar unos documentos a una tal Mary Pinder, quien se encuentra en prisión desde hace20 años, acusada de envenenar a su marido. Margaret puede echar una ojeada a los documentos y descubre con sorpresa que se trata de su propia madre. A partir de ese momento empiezan a suceder misteriosos acontecimientos que indican la existencia de un complot.